Esta obra de
la pintora Clara Peeters, realizada a principios del siglo XVII y expuesta en
el Museo del Prado, es un claro ejemplo de una actitud ante la verdad relativista. El espectador que
se sitúe ante ella verá flores, frutos secos, dulces, una copa, una tetera y
hasta un cáliz, pero se detendrá en aquello que más le interese y perderá muchos detalles.
Lo
impresionante de esta pintura y lo que la autora quería mostrarnos está
relativamente escondido. Fíjate bien, a ver si lo encuentras.
Puedes ver la pintura en grandes dimensiones aquí
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